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Guía orientativa de justificación en diagnóstico por la imagen
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Medicina nuclear (MN)

En algunos países de la Unión Europea, la medicina nuclear es una especialidad independiente, y la utilización de fuentes no selladas de radionúclidos para el diagnóstico y el tratamiento está reservada a los especialistas de MN. En algunos países también otros especialistas (radiólogos, normalmente) están autorizados a trabajar con técnicas de MN. En cualquier caso, ante una situación clínica dada, siempre habrá un especialista experimentado para comentar las técnicas apropiadas de MN, que podrá indicar la exploración más apropiada de MN. El clínico solicitante debe indicar el problema clínico preciso, porque éste será un factor determinante para decidir que tipo de estudio con radionúclidos (o alternativo) se utilizará.

A pesar de lo que a veces se cree, las dosis de radiación provenientes de casi todas las técnicas de MN son inferiores a las de muchas otras técnicas de diagnóstico por imagen consideradas “seguras”. Según los datos mostrados en la Tabla 1, las dosis efectiva de la mayor parte de las pruebas habituales con MN es considerablemente menor que la de la TC de abdomen.

Son de un valor especial los datos funcionales que la MN puede aportar. En un nivel básico, con MN se puede determinar si una dilatación de la pelvis renal que muestra la ecografía se debe simplemente a la morfología del sistema colector, o bien si está ocasionada por una lesión obstructiva. La misma exploración puede proporcionar datos sobre qué porcentaje de la función renal global proviene de cada riñón. Con pruebas más complejas, se puede conocer la fracción de eyección del ventrículo izquierdo o la distribución de la sangre por el córtex cerebral.

La tomografía por emisión de positrones (PET) ha experimentado recientemente avances espectaculares, y su disponibilidad está aumentando gradualmente. Debido a la corta vida media de los radionúclidos esenciales (se suele utilizar el análogo de la glucosa F-18 fluorodesoxiglucosa, FDG), la PET sólo puede ubicarse a una distancia razonable de un ciclotrón y de un depósito de radionúclidos. La PET permite detectar pequeños focos de tumor activo, lo que brinda oportunidades excepcionales para la estadificación de diversos cánceres (por ejemplo, bronquiales) y para el seguimiento (por ejemplo, del linfoma), en casos en los que otras técnicas de diagnóstico por imagen pueden no discernir entre masas fibrosas residuales y enfermedad activa. La PET también puede proporcionar datos sobre el metabolismo cerebral y la viabilidad miocárdica y hay varios equipos de investigación estudiando estos aspectos. En los próximos años irá aumentando la incorporación de la PET a la práctica médica. Su posible uso para algunos problemas clínicos está reseñado en las presentes recomendaciones.