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Optimizar la dosis de radiación

El uso de exploraciones radiológicas se ha convertido en parte habitual de la práctica médica, y se justifica porque los beneficios clínicos para el paciente superan los leves riesgos de la radiación. No obstante, incluso las pequeñas dosis de radiación no están totalmente exentas de riesgos. Una pequeña parte de las mutaciones genéticas y de las neoplasias malignas en la población pueden atribuirse a la radiación natural de fondo. Las exposiciones por diagnóstico médico son la causa principal de exposición a la radiación artificial y constituyen, aproximadamente, un sexto de la dosis que las personas reciben de forma natural.

En la directiva de 1997 de la Unión Europea [2] se establece que todos los implicados deberán reducir la exposición innecesaria de los pacientes a la radiación. Las organizaciones responsables y las personas que utilizan la radiación ionizante tienen que cumplir lo establecido en esta directiva. Una forma importante de reducir la dosis de radiación es no realizar pruebas innecesarias (en particular, repetir exploraciones).

La dosis efectiva de una exploración radiológica es la suma ponderada de las dosis que reciben los diversos tejidos corporales, y en la que el factor de ponderación de cada tejido depende de su sensibilidad relativa al cáncer inducido por la radiación o a efectos hereditarios graves. Con esto se obtiene una estimación de dosis única, que guarda relación con el riesgo total debido a la radiación, al margen de cómo se distribuya la dosis de radiación por el cuerpo.

Tabla 1. Dosis efectivas características en exploraciones médicas diagnósticas en la década del 2000

Procedimiento diagnóstico Dosis efectiva
característica (mSv)
Nº equivalente
de RX de tórax
Período equivalente aproximado
de radiación natural1
Radiografías:
Extremidades y articulaciones (excluida la cadera) < 0,01 < 0,5 < 1,5 días
Tórax (simple, póstero-anterior) 0,02 1 3 días
Cráneo 0,06 3 9 días
Columna dorsal 0,7 35 4 meses
Columna lumbar 1,0 50 5 meses
Cadera 0,4 20 2 meses
Pelvis 0,7 35 4 meses
Abdomen 0,7 35 4 meses
UIV 2,4 120 14 meses
Esofagograma 1,5 75 8 meses
Papilla baritada esófago-gastro-duodenal 2,6 130 15 meses
Tránsito intestinal 3 150 16 meses
Enema opaco 7,2 360 3,2 años
TC de cabeza 2,0 100 10 meses
TC de tórax 8 400 3,6 años
TC de abdomen o pelvis 10 500 4,5 años
Medicina Nuclear:
Pulmonar de ventilación (Xe-133) 0,3 15 7 semanas
Pulmonar de perfusión (Tc-99m) 1 50 6 meses
Renal (Tc-99m) 1 50 6 meses
Tiroidea (Tc-99m) 1 50 6 meses
Ósea (Tc-99m) 4 200 1,8 años
Cardíaca dinámica (Tc-99m) 6 300 2,7 años
PET de cabeza (F-18 FDG) 5 250 2,3 años

(1)Media de la radiación de fondo en el Reino Unido = 2,2 mSv al año. Las medias regionales oscilan entre 1,5 y 7,5 al año. Revisado por B. Wall, de la Junta Nacional de Radioprotección.

Las dosis efectivas características de algunas exploraciones habituales en radiodiagnóstico oscilan entre un factor 1.000, equivalente a uno o dos días de radiación natural (por ej. 0,02 mSv, en el caso de una radiografía de tórax) y 4,5 años, en el caso de la TC de abdomen. Sin embargo, hay considerables variaciones de radiación de fondo entre países e incluso dentro de un mismo país. Las dosis para las exploraciones radiológicas ordinarias se basan en los resultados recogidos por la NRPB, de medidas de dosis a pacientes, realizadas en 380 hospitales entre 1990 y 1995 en todo el Reino Unido. En su mayor parte, son más bajas que las que figuraban en ediciones anteriores de esta publicación, que se basaban en datos de principios de los años ochenta, lo que supone una evolución satisfactoria hacia una mejor protección de los pacientes. Las dosis de exploraciones por TC y con radionúclidos se basan en estudios nacionales llevados a cabo en 2002 por la NRPB y la Sociedad Británica de Medicina Nuclear (BNMS), y es poco probable que cambiasen significativamente desde entonces.

Las pruebas complementarias radiográficas más frecuentes son las exploraciones de miembros y tórax a dosis bajas, pero son las exploraciones con altas dosis, relativamente infrecuentes, como la TC de cuerpo entero y las pruebas con bario, la que contribuyen principalmente a la dosis colectiva de una población. Particularmente altas son las dosis en algunas pruebas por TC y no muestran ninguna tendencia a disminuir. El uso de TC sigue en aumento. La contribución actual de la TC es probablemente la mitad de la dosis colectiva debida a exploraciones radiológicas. Por eso, es esencial que la petición de una TC esté plenamente justificada y que se apliquen técnicas en las que se minimiza la dosis, a la vez que se continúa obteniendo la información diagnóstica fundamental. De hecho, hay autores que consideran que el riesgo adicional de cáncer mortal consecutivo a una TC de abdomen es, en el transcurso de la vida de un adulto, del orden de 1 por 2.000 (frente al riesgo de una RX de tórax, que es de 1 por millón) [25]. A pesar de todo, el riesgo global de padecer un cáncer entre la población es de casi 1 de cada 3, por lo que, con respecto a este dato, el exceso de riesgo de una exploración por TC es muy pequeño, y las ventajas que puede traer consigo suele compensar de sobra.

En las presentes directrices sobre la remisión de pacientes a los servicios de diagnóstico por imagen, las dosis han sido agrupadas en espectros amplios con el fin de ayudar al médico a entender la magnitud de la dosis de radiación de las diversas exploraciones.

Tabla 2. Clasificación de las dosis efectivas características de la radiación ionizante procedente de las técnicas habituales de diagnóstico por imagen

Clase Dosis efectiva característica (mSv) Ejemplos
0 0 Ecografía, RM
I < 1 Radiografías de tórax, de extremidades o de pelvis
II1 1 - 5 UIV, RX de la columna lumbar, MN (por ejemplo, gammagrafía ósea), TC de cabeza y cuello
III 5 - 10 TC de tórax y abdomen, MN (por ejemplo, cardíaca)
IV > 10 Algunas pruebas de MN (por ejemplo, algún PET)

(1)La dosis media anual de radiación de fondo en casi toda Europa se encuentra en la clase II.