Antibióticos: resistencias y uso

Antibióticos: resistencias y uso

La resistencia a los antibióticos es hoy uno de los principales problemas de salud pública

Los antibióticos son uno de los fundamentos de la asistencia sanitaria moderna ya desde que se empezaron a emplear en medicina, en la década de 1940. De entonces a hoy, su papel se fue ampliando del inicial tratamiento de infecciones graves a la prevención de infecciones en pacientes quirúrgicos, a la protección de los pacientes con cáncer y de las personas con un sistema inmune deficiente, y también a la promoción del crecimiento y a la prevención de enfermedades en el ganado y otros animales productores de alimentos.

Mas, a medida que se fueron empleando, en parejo fueron surgiendo las resistencias a los antibióticos, que son resultado directo de su uso, ya que, cuanto mayor es este, mayores son las posibilidades de que las poblaciones de bacterias resistentes sean seleccionadas en el contexto de la supervivencia de los mejor adaptados, en detrimento de las poblaciones sensibles.

Como resultado de la difusión de la resistencia a los antibióticos, infecciones que en su día eran tratables son ahora más difíciles de curar, resulta más caro curarlas, y comportan un mayor sufrimiento individual y daño colectivo.

La resistencia a los antibióticos es un problema mundial que está en expansión, debido a dos circunstancias. Por una parte, el mejor acceso a los antibióticos, asociado al aumento de los ingresos, que si bien salva vidas, fomenta también un mayor uso, mismo el uso inapropiado, que impulsa la resistencia. Por otra, la intensificación de la producción de alimentos de origen animal, que resulta de la creciente demanda de proteínas de este origen, fomenta el uso de antibióticos en la agricultura y en la ganadería que, de nuevo, impulsa la resistencia.

De este modo, se ve que en el origen de la resistencia a los antibióticos como problema aparece su uso inapropiado, y, por eso, la posible solución apunta a la promoción del uso apropiado, que no es una tarea sencilla: son muchas y muy diferentes las personas, las instituciones y los intereses implicados.

Para abordar esta complejidad se están desarrollando planes, como, en España, el Plan estratégico y de acción para reducir el riesgo de selección y diseminación de la resistencia a los antibióticos, que contiene seis líneas estratégicas de intervención, entre las que figura la vigilancia del uso de los antibióticos y de las resistencias a los mismos. En este sentido, los datos de Galicia desde 2007 se pueden consultar en los enlaces de esta página; los de Europa en la ESAC-NET (uso) y de la EARS-Net (resistencias), ambas del ECDC; y los del mundo, en la OMS.

Al mismo tiempo, para aumentar la conciencia del problema, desde 2008 y promovido por el ECDC, anualmente se celebra el Día europeo de sensibilización sobre los antibióticos; y, a partir de 2015, la OMS celebra la Semana mundial de sensibilización sobre los antibióticos.

En la misma línea, la OMS proporciona una serie de consejos genéricos para promover el uso adecuado de los antibióticos y mismo reducirlo (mediante la prevención de las infecciones) en diferentes colectivos humanos. Brevemente, hay que:

  • Prescripción de antibióticos: Sólo cuando son verdaderamente necesarios.
  • Uso de antibióticos: Sólo si son recetados por un médico.
  • Consumo de antibióticos: Siempre completar el tratamiento prescrito, aunque ya se encuentre bien.
  • Otro uso de los antibióticos: Nunca. Los antibióticos no se deben almacenar ni compartir.
  • Prevención de las infecciones: Siempre, con buena higiene de manos y respiratoria, manteniendo al día la vacunación, empleando preservativo para evitar las infecciones de transmisión sexual.