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4. Tratamiento y seguimiento

4.1. TRATAMIENTO

4.1.3. Monitorización y ajuste de la dosis

En las revisiones periódicas en el seguimiento de los niños, las determinaciones analíticas son el elemento fundamental para ajustar las dosis terapéuticas.

El objetivo del tratamiento inicial es la normalización de los niveles séricos de T4 en las dos primeras semanas tras el inicio del tratamiento y los de TSH en el primer mes [19, 20, 23]. La no consecución de estos objetivos puede ser debido a que el niño puede no estar recibiendo la dosis adecuada, debiendo tenerse en mente posibles problemas con el cumplimiento del tratamiento o el método de administración [7, 9, 12, 21, 23]. Se debe proporcionar consejo a los padres de la gran importancia del cumplimiento del tratamiento [19]. Se ha descrito también falta de respuesta al tratamiento por la interferencia en la absorción por compuestos a base de soja y hierro [21].

La administración de dosis de 10-15 μg/kg/día consigue una normalización más rápida de los niveles hormonales que dosis inferiores [134].

La dosis de Levo-tiroxina se debe ajustar en función de los niveles séricos de FT4 y TSH [19, 20].

Se recomienda mantener los niveles de FT4 en la mitad superior del rango normal y la TSH dentro del rango normal [19, 20, 23, 139]. Si se utiliza TT4 sus niveles deben situarse entre 10 y 16 μg/dL (127-203 nmol/L) y si se determina FT4 entre 1,4 y 2,3 ng/dL (18 y 30 pmol/L). Los niveles de TSH deben mantenerse dentro de los límites normales y dentro de ellos idealmente entre 0,5 y 2 mU/L) [19-21, 23].

Para la AAP (2006) [19] es preferible analizar los niveles de FT4 frente a los de TT4 para evaluar la concentración de relevancia biológica, la no unida a proteínas (a pesar de la mayor variación entre los diferentes métodos de análisis directo de FT4).

En cuanto a la normalización de los niveles de TSH y FT4 se manejan dos hipótesis [140] :

La importancia del rápido descenso de la TSH en el manejo del hipotiroidismo continúa siendo controvertida. Mientras unos autores mantienen que la rápida normalización de los valores séricos de T4, independientemente de las concentraciones correspondientes de TSH, es un objetivo satisfactorio en el tratamiento [23, 141], otros enfatizan que el nivel de TSH es el único marcador biológico que asegura niveles tisulares de T4 adecuados, especialmente en el cerebro [140, 142]. Para la NACB se debería utilizar la TSH como determinación primaria y la FT4 como análisis secundario y emplear estándares apropiados para la edad. Cuando la normalización de TSH es el objetivo del tratamiento, el rango de referencia para los niveles plasmáticos de FT4 durante los primeros meses de tratamiento necesitaría ser revisado. Para Selva et al. 2002 [143], habría que reevaluar los rangos de referencia de T4 y FT4 en los recién nacidos las 2 primeras semanas de tratamiento, tomando como normales valores más altos.

La Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica considera que se debe tener en cuenta que en algunos casos, a lo largo del primer año de vida, pueden persistir niveles elevados de TSH (entre 10 y 20 mU/L) con valores de T4 en el rango recomendado (mitad superior del rango normal), en estos casos el aumento de la dosis de Levo-tiroxina implicaría una sobredosificación que podría producir una craneostenosis prematura y afectar de forma negativa a la maduración cerebral [23].

Concentraciones elevadas de T4 pueden afectar a la capacidad de atención y memoria en niños con HC [136].

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