Preguntas Frecuentes

Preguntas Frecuentes

INFORMACIÓN DEL PROGRAMA PARA LAS MUJERES
 
¿Qué es el cuello del útero?
El cuello del útero o cérvix es la parte más baja del útero, que comunica con la vagina.

¿Qué es el cáncer de cuello de útero y por qué se produce?
El cáncer de cuello de útero o cérvix es una enfermedad maligna que se produce porque las células del cérvix se transforman, convirtiéndose en anormales, lo que provoca que crezcan y se multipliquen de forma incontrolada.
Habitualmente el cáncer tarda mucho tiempo en desarrollarse, más de 10 años, por lo que se dispone de un plazo prolongado para detectarlo, tratarlo y curarlo.

¿Cuál es su causa? ¿Cómo se transmite el VPH?
La causa de esta transformación maligna, en la práctica totalidad de los casos, es la infección por el virus del papiloma humano (VPH). El VPH se transmite por contacto sexual (incluso sin penetración). De hecho, es la infección de transmisión sexual (ITS) más frecuente que existe, hasta el 80% de las mujeres sexualmente activas tienen infección por este virus en algún momento.
No hay forma de saber con certeza cuándo se infectó por el VPH o quien se lo transmitió. Una persona puede tener el VPH durante muchos años antes de que se detecte. Por lo tanto, tener el VPH no significa que la mujer o su pareja tengan una relación sexual con otra persona.

¿Todas las infecciones por VPH acaban en cáncer?
NO. Hay muchos tipos de VPH, pero solo unos pocos, los considerados de alto riesgo, pueden provocar lesiones malignas. La mayoría de las infecciones son transitorias, y el propio organismo se encarga de eliminarlas. Puede existir infección sin que llegue a producirse ninguna lesión cervical.
El cáncer de cérvix es una complicación grave, pero extremadamente infrecuente, de un fenómeno relativamente común, la infección por VPH.

¿Qué tipos de virus existen?
El VPH engloba un conjunto de virus comunes conformado por más de 200 genotipos, de los cuales 14 son definidos como genotipos de alto riesgo por ser potencialmente oncogénicos (VPH-AR).
 
Podemos dividirlo en dos grandes grupos:
Virus de alto riesgo o oncogénicos (VPH-AR): 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 66 y 68. Dos de estos, el VPH16 y el VPH18, son los causantes de, por lo menos, el 70% de los cánceres cervicales.
Virus de bajo riesgo: 6, 11, 40, 42, 43, 44/55, 54, 61, 62/81, 67, 69, 70, 71, 72, 89, 84. Ocasionan verrugas y condilomas genitales y otras patologías benignas de piel y mucosas.

¿Cómo se puede prevenir el cáncer?
1. VACUNAS frente al VPH: Están incluidas en el calendario de vacunación en Galicia para niñas, y varones nacidos a partir de 1 de enero de 2010, de 12 años. Está también recomendada la vacunación en mujeres, de cualquier edad, con tratamiento escisional de cuello uterino (ya recogido en el calendario vacunal del adulto).
Y además, siguiendo las recomendaciones de vacunación de grupos de riesgo de todas las edades, se recomienda también la vacunación frente al VPH a los siguientes colectivos (indicación tanto para hombres como para mujeres): infección por VIH (hasta los 45 años), hombres que tienen sexo con hombres (hasta los 45 años), personas en situación de prostitución (hasta los 45 años), mujeres con trasplante de órgano sólido o de progenitores hematopoyéticos (hasta los 45 años) y síndrome de WHIM (inmunodeficiencia primaria).
2. PRESERVATIVO: Su uso reduce el riesgo de contagio, para esta y para el resto de las infecciones de transmisión sexual. Muchas personas infectadas no lo saben y pueden transmitirlo, por lo que siempre se debe usar preservativo, especialmente en las relaciones esporádicas o múltiples, incluso en parejas homosexuales.
3. DEJAR DE FUMAR: El consumo de tabaco aumenta la probabilidad de tener un cáncer de cérvix.
4. PRUEBAS DE DETECCIÓN PRECOZ DEL CÁNCER DE CÉRVIX: citología y prueba del VPH

¿En qué consisten las pruebas de detección precoz del cáncer de cérvix?
Los programas de prevención de cáncer de cérvix basados en la realización periódica de citología cervical o de la prueba del VPH, en función de la edad de la mujer, permiten detectar y tratar precozmente lesiones premalignas del cuello del útero, contribuyendo de esta forma a disminuir considerablemente el número de casos y la mortalidad por este tipo de cáncer.
La citología cervical se utilizó clásicamente en mujeres a partir de los 21-25 años, repitiendo la prueba cada 3 años. Recientemente, se incorporó la prueba VPH en la prevención del cáncer de cérvix ya que es más sensible que la citología (mayor capacidad de detección) y permite alargar con seguridad el intervalo entre pruebas hasta los 5 años. La prueba VPH se realiza a partir de los 35 años, dado que la infección en mujeres de menor edad es muy frecuente y casi siempre transitoria.

¿Quién debe realizar la prueba de cribado de cáncer de cérvix?
Todas las mujeres de 25 a 65 años que tengan o habían tenido en el pasado relaciones sexuales.
Mujeres de 25-34 años: citología cervical cada 3 años
Mujeres de 35-65 años: detección VPH cada 5 años
Las mujeres vacunadas frente al VPH también deben realizar las pruebas de detección, ya que la vacuna a pesar de ser muy eficaz no protege frente a todos los tipos de VPH.

¿Porqué no está indicada la prueba en mujeres menores de 25 o mayores de 65 años?
El cáncer de cérvix es muy poco frecuente en menores de 25 años. En la mayoría de las infecciones que se producen en estas edades son transitorias, por lo que no llegarán a producir lesiones.
Por encima de los 65 años, si la mujer siguió el programa de detección precoz en el período de edad indicado, y teniendo en cuenta la historia natural y progresión del cáncer de cérvix, es muy poco probable que aparezca la enfermedad.

¿Cuál puede ser el resultado de la prueba de detección precoz del cáncer de cérvix?
En el caso de las mujeres de 25 a 34 años en las que se realice citología, la mayoría tendrán un resultado normal. 4 de cada 100 mujeres tendrán una citología anormal necesitando realizar más pruebas complementarias. Esto no significa que tengan cáncer.
Las mujeres de 35 a 64 años en las que el resultado de la prueba VPH sea positivo (aproximadamente 6 de cada 100) serán derivadas para la realización de una citología. Esto no significa que tengan cáncer. Con el resultado de las dos pruebas se valorará la decisión a seguir según protocolo vigente.

¿Qué otras pruebas se realizan?
La colposcopia es una exploración visual específica del cuello del útero y de las paredes de la vagina para descartar la presencia de lesiones precancerosas o cáncer de cuello uterino, realizada siempre en el servicio de Ginecología de un hospital de la red del Servicio Gallego de Salud. Se utiliza un equipo con una lente de aumento llamado colposcopio. Mediante diversas técnicas de tinción se hacen visibles las posibles áreas donde puede que existan lesiones premalignas. Si se visualiza alguna alteración se realizará una pequeña biopsia del área anormal. Este procedimiento no requiere ningún tipo de anestesia ni reposo posterior y no suene producir molestias adicionales a las que produce la toma de muestra para citología. El análisis de la biopsia permitirá obtener el diagnóstico definitivo para poder definir en que casos es necesario tratar la lesión o simplemente realizar un seguimiento de la misma mediante controles periódicos.

¿Cómo se tratan las lesiones detectadas?
Las lesiones leves en general no se tratan. No existe un tratamiento específico para la infección por el VPH. La infección será eliminada por el sistema inmune de cada mujer, desapareciendo en la mayoría de ellas a los dos años sin causar ningún problema. Se realizará seguimiento para asegurarse de que no evolucionan a lesiones más graves.
Para las lesiones más graves, existen varios tipos de tratamientos que permiten destruir o extirpar las lesiones producidas por este virus:
Conización cervical: el área anormal es extirpada cortando un fragmento del tejido del cuello del útero en forma de cono. Este procedimiento se realiza en quirófano con anestesia.
Destrucción de la lesión: Puede realizarse mediante congelación (crioterapia) o vaporización (aplicando un láser).

Posibles beneficios y riesgos de la prueba de cribado
Beneficios:
Estas pruebas de cribado ayudan a prevenir el cáncer de cuello uterino. La citología empleada en los programas organizados consiguió reducir en un 70-80% la incidencia y mortalidad por cáncer de cérvix.
Riesgos:
Los riesgos no derivan directamente de la prueba de cribado (prueba VPH/citología), sino del tratamiento de las lesiones detectadas. Cuando la prueba de cribado es positiva, se realiza la colposcopia y biopsia para obtener un diagnóstico definitivo. Si tras la biopsia existe una lesión pre-cancerosa, el tratamiento de la misma podría causar sangrados o infecciones y, en algunos casos excepcionales de mujeres que tengan factores de riesgo, también podría afectar a futuros embarazos por tener mayor riesgo de parto prematuro.

En resumen:
  • La participación en programas de detección precoz reduce las probabilidades de fallecer por cáncer de cérvix.
  • No toda infección por el VPH acaba en un cáncer. El cáncer de cérvix es una complicación grave, pero extremadamente infrecuente, de un fenómeno relativamente común, la infección por VPH.
  • No hay forma de saber con certeza cuando se infectó por el VPH o quien lo transmitió. Una persona puede tener el VPH durante muchos años antes de que se detecte. Por lo tanto, tener el VPH no significa que la mujer o su pareja tengan una relación sexual con otra persona.
  • La mayoría de las infecciones son transitorias, y el propio organismo se encarga de eliminarlas en un período aproximado de dos años. Puede existir infección sin que llegue a producirse ninguna lesión cervical.
  • En las pruebas de detección precoz del cáncer de cérvix también se pueden detectar lesiones premalignas que pueden evolucionar a cáncer con el transcurso del tiempo. El seguimiento y tratamiento de estas lesiones pueden reducir las probabilidades de tener un cáncer de cérvix en el futuro.
  • Las mujeres de 25 a 34 años seguirán realizando con carácter oportunista la citología de rutina cada 3 años.
  • Las mujeres de 35 a 65 años realizarán la prueba de detección del VPH cada 5 años, en el marco del Programa Poblacional de Cribado de Cáncer de Cérvix.
  • La mayoría de las mujeres que se someten a una colposcopia no tienen cáncer de cérvix.​