Existen diferentes grupos de factores que contribuyen a la aparición de los TME, entre ellos, los físicos y biomecánicos, los organizativos y psicosociales, así como los individuales y personales, pudiendo presentarse de forma separada o conjunta.
Factores físicos y biomecánicos:
Esfuerzos: levantar, transportar, empujar o tirar de objetos; uso de herramientas.
Movimientos repetitivos.
Posturas incómodas y estáticas, por ejemplo la de estar con las manos por enzima del nivel de los hombros, o bien la de permanecer de pie o sentado durante períodos prolongados.
Compresión local de herramientas y superficies.
Vibraciones.
Frío o calor excesivos.
Escasa iluminación, lo que puede provocar accidentes.
Factores organizativos y psicosociales:
Trabajo exigente, falta de control sobre las tareas realizadas y bajo nivel de autonomía.
Escaso nivel de satisfacción laboral.
Trabajo repetitivo y rutinario a un ritmo rápido.
Falta de apoyo por parte de los compañeros, supervisores y responsables.