En los últimos años, la evolución de la cirugía hacia técnicas mínimamente invasivas ha introducido la laparoscopia en la cirugía herniaria, con unas ventajas potenciales que son: el menor dolor, la incomodidad postoperatoria y el tiempo de recuperación, el permitir una fácil reparación de la hernia recidivada y de la bilateral y el mejor resultado estético. Los dos tipos de técnicas existentes son la laparoscopia totalmente extraperitoneal (TEP) [20] y la transabdominoperitoneal (TAPP) [21].
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