Parotiditis

Parotiditis

La parotiditis o paperas se debe a la infección por el virus de la parotiditis. Los síntomas más frecuentes son: fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, cansancio, pérdida del apetito y, lo que es más característico, la hinchazón de las mejillas y la mandíbula que se debe a la inflamación de las glándulas salivares (parotiditis), que pueden ser dolorosas al tacto.

Los síntomas, típicamente, aparecen 16 a 18 días después de contraer la infección, aunque este período puede variar entre los 12 y los 25 días.

Algunas personas tienen síntomas muy leves o no tienen ninguno, y a menudo no saben que tienen la enfermedad. La mayoría de las personas enfermas se recuperan completamente en unas pocas semanas. Con todo, a veces, puede haber complicaciones, especialmente en los adultos. Las complicaciones incluyen: orquitis, en los hombres que llegaron a la pubertad, que muy pocas veces causa problemas de fertilidad; encefalitis; meningitis; ooforitis o mastitis, en las mujeres que llegaron a la pubertad, y sordera.

La parotiditis se transmite a través de la saliva o de las secreciones de la boca, nariz o garganta, por lo que una persona infectada puede transmitir el virus al toser, estornudar o hablar. Las paperas se pueden transmitir desde dos días antes de que las glándulas salivares comiencen a inflamarse hasta 5 días después del comienzo de la inflamación.

En Galicia la vacunación frente a las paperas comenzó en 1982, y ya a finales de esa década se vacunaba más del 80% de los niños que la tenían recomendada, y desde la década de 1990 más del 90%.

Como resultado de esta elevada cobertura vacinal, la situación de la parotiditis en Galicia desde el comienzo de la década de 1990 se puede describir como de endemia de muy baja intensidad, con brotes periódicos en 1995/96, 2001/02, 2005/06, 2012/13 y el ya finalizado de 2019/20.

Durante estos brotes, las personas que hayan recibido previamente una o dos dosis de la vacuna también pueden enfermar debido, fundamentalmente, a que la protección que indujo la vacunación se va perdiendo con el paso de los años. Ahora bien, las personas vacunadas tienen síntomas más leves y menos complicaciones que las que no están vacunadas.

Las personas con parotiditis no deberían de asistir a clase o al trabajo, ni a reuniones de ningún tipo; y, sobre todo, no deberían tener contacto con embarazadas, niños menores de 12 meses o inmunodeprimidos, en los 5 días siguientes al inicio de los síntomas.

Contactos de las personas con parotiditis son aquellas personas con las que mantuvo una relación de cercanías (a menos de un metro) sostenida (por lo menos 15 minutos) entre los 2 días anteriores o los 5 días posteriores al inicio de los síntomas. A estos contactos, si no padecieron la parotiditis y no hay constancia de que recibieron dos dosis de la vacuna, se le recomienda lo siguiente:

• si solo hay constancia de que recibieron una dosis, que reciban la segunda dosis de vacuna. El intervalo entre ambas debe ser, por lo menos, de 1 mes.
• si no hay constancia de que recibiesen ninguna dosis, que reciban las dos dosis de vacuna, alejadas por lo menos 1 mes.

Se aconseja que las mujeres que reciban esta vacuna no queden embarazadas en el mes siguiente a la vacunación. Una mujer embarazada o una persona inmunodeprimida no debe vacunarse con esta vacuna.​