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EVALUACIÓN DE TECNOLOGÍAS

RESULTADOS

La estructura propuesta para los informes técnicos sobre tecnologías sanitarias obsoletas se ve reflejada en la figura 5.

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INFORMACIÓN SOBRE LA TECNOLOGÍA SANITARIA OBSOLETA

En esta sección se incluirá información general referente a la tecnología sanitaria obsoleta. Su nombre, sus sinónimos y el tipo de tecnología sanitaria en función del uso que se le dé en el paciente (diagnóstica, terapéutica, rehabilitadora.). También se indicará cuándo se introdujo por primera vez en el sistema sanitario (puede haber casos en los que no se disponga de esta información, por lo que se indicará la fecha sobre la que se tiene conocimiento de la primera utilización en clínica de esa tecnología).

Por último, en este apartado se indicarán con detalle cuál o cuáles son las indicaciones para las que se propone la obsolescencia de la tecnología. Puede darse el caso de una misma tecnología que sea de utilidad para una indicación y que sea obsoleta para otras. Por eso es muy importante detallar en qué ámbitos o aplicaciones se propone como tecnología obsoleta. Complementando esta información, se indicará dónde puede obtenerse información sobre la tecnología. Esta fuente de información puede ser páginas web de casas comerciales, de sociedades científicas o de instituciones, así como artículos científicos recientes o publicados hace tiempo y que reflejen con detalle las características de la tecnología propuesta como obsoleta.

En algunos casos, las tecnologías se proponen como obsoletas de modo genérico, sin matizar ninguna indicación, por lo que la recomendación se considera para todas las indicaciones. Puede ser el caso de pruebas de imagen que emiten radiación y para las que se encuentran alternativas con menos radiación. En estos casos, la tecnología se propondría como obsoleta en sí misma, sin especificar las indicaciones ni acotar subgrupos de pacientes en los que se podría aplicar.

Si la tecnología ha sido priorizada frente a otras tecnologías obsoletas, también se debe indicar en este apartado.

CONTEXTUALIZACIÓN DE LA TECNOLOGÍA

En este apartado se deberá indicar si la condición o patología a la que se puede aplicar la tecnología es muy prevalente o incidente, y si genera una elevada carga de enfermedad. También si la tecnología en cuestión se aplica a individuos sanos (pruebas de cribado, por ejemplo) o enfermos. Lo idóneo será obtener esta información contextualizada en el ámbito en el que se esté valorando la obsolescencia de la tecnología (local, regional, nacional) y, siempre que sea posible, a partir de registros o fuentes de información de la máxima fiabilidad y de base poblacional.

Es necesario asimismo indicar la frecuencia de uso de la tecnología. Puede darse la situación de que la condición para la que se puede aplicar sea muy frecuente en el área de estudio y, aun así, la tecnología no se aplique o apenas sea utilizada, o, al contrario, aunque esta segunda situación es poco previsible, que la condición sea poco frecuente y, sin embargo, que la tecnología se aplique en casi todos los casos. Para ello será necesario estimar el número de pacientes en los que se pueda estar empleando la tecnología obsoleta. En muchos casos, estas estimaciones serán muy difíciles de obtener, pero puede acudirse, como fuente de información, a los servicios de compras de los centros sanitarios o servicios de salud, a las casas comerciales o a los propios clínicos de la especialidad relacionada con la tecnología obsoleta. Estos últimos darían una información relativamente fiable y podrían aportar, además, información sobre las tecnologías que han sustituido a la tecnología obsoleta y sobre la posible repercusión de esta retirada en su práctica habitual.

En el apartado de difusión e implantación de la tecnología obsoleta se indicará si se está aplicando en muchos centros, si los centros en los que se utiliza son centros de primaria o especializada y, en el caso de estos últimos, si son de primer, segundo o tercer nivel. También se indicará si se tiene conocimiento de la utilización de la tecnología en ámbitos diferentes al nacional o autonómico.

Por último, en la sección de emplazamiento e infraestructura de la tecnología deben indicarse las necesidades de equipamiento, espacio y recursos humanos que requiera dicha tecnología para su utilización, algo que también dará cuenta de modo indirecto sobre el posible impacto de su retirada.

CONSIDERACIÓN DE LA TECNOLOGÍA COMO OBSOLETA

Este apartado es la parte más importante del informe y en él se incluirá la evidencia científica disponible que sustente que la tecnología sanitaria potencialmente obsoleta es efectivamente obsoleta.

En primer lugar, se indicará claramente cuál es el motivo que hace que la tecnología evaluada sea obsoleta. Se especificará si la causa es una pérdida de efectividad, una pérdida de seguridad o bien unos costes o aspectos organizativos excesivos respecto a sus alternativas. También pueden considerarse combinaciones de estos tres criterios. Deben indicarse claramente cuáles son las tecnologías alternativas existentes y en qué aspectos superan a la tecnología potencialmente obsoleta. Esas alternativas deben haber demostrado de modo suficiente su eficacia/seguridad/capacidad diagnóstica y estar incorporadas en la cartera de servicios.

Debe aparecer un apartado específico referente a la eficacia/efectividad. En este epígrafe se indicarán los estudios publicados (investigaciones originales, revisiones sistemáticas o cualquier fuente de información fiable) que hayan analizado la eficacia/efectividad de las tecnologías alternativas frente a la tecnología obsoleta. Los resultados de esta sección deben centrarse sobre todo en aquellas variables de resultado que ofrezcan datos más sólidos si existen (mortalidad, morbilidad y calidad de vida o sensibilidad, especificidad y valores predictivos en el caso de pruebas diagnósticas), ya que se reforzará la evidencia sobre la obsolescencia de la tecnología en cuestión si estos resultados favorecen a la alternativa. Deben resaltarse los estudios de mayor calidad metodológica y la información se reflejará del modo más sintético posible. Será en este apartado cuando se indiquen los estándares de tratamiento para las indicaciones de la tecnología potencialmente obsoleta según las guías de práctica clínica, los informes de ETS o las revisiones sistemáticas de elevada calidad en caso de que existan.

En el siguiente apartado se abordará la seguridad de la tecnología obsoleta frente a la seguridad de las tecnologías alternativas. Del mismo modo que en el apartado anterior, se intentará que esta sección sea breve y se centre en los resultados generales de los estudios y, sobre todo, en variables fácilmente medibles y objetivas.

En la sección de resultados de costes y organización se aportará información procedente de la literatura en la que se indique qué aspectos relacionados con la organización o los costes pueden poner en desventaja a la tecnología obsoleta frente a la tecnología alternativa. Pueden incluirse en esta sección informaciones procedentes de las casas comerciales o aportadas por clínicos. En estos casos se debe ser cuidadoso a la hora de valorar los posibles conflictos de intereses existentes y se indicará claramente el origen de la información.

Debe realizarse un último apartado bajo la denominación de "otros aspectos a considerar" en los informes sobre tecnologías que así lo requieran. Aquí pueden comentarse otros aspectos relevantes para la tecnología evaluada: éticos, legales o sociales, que puedan ser de importancia para algunas tecnologías obsoletas.

NIVEL DE EVIDENCIA CIENTÍFICA

En esta sección se informará resumidamente sobre la calidad de la evidencia disponible para clasificar la tecnología como obsoleta o no. Pueden usarse varias de las escalas ya publicadas, aunque, en este sentido, se recomienda el empleo de la escala de la Scottish Intercollegiate Guidelines Network (SIGN) (32) o la del Oxford Centre for Evidence-Based Medicine Levels of Evidence (33).

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La sección de conclusiones reflejará de modo sintético las conclusiones de cada uno de los apartados anteriores. Asimismo, las conclusiones pueden ir acompañadas de recomendaciones y propuestas sobre la tecnología obsoleta.

FUENTES DE INFORMACIÓN Y BIBLIOGRACÍA

En este último apartado se expondrán las bases de datos consultadas y las estrategias de búsqueda utilizadas para hacer el informe. Esta parte del trabajo debe respetar las normas de cualquier revisión sistemática, fundamentalmente que el método aplicado sea reproducible. La revisión sistemática es la metodología que debe sustentar la evaluación de la tecnología potencialmente obsoleta.

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